El Método Audiobec© y el Instrumento Ideal para su Hijo
Durante mi experiencia como pedagogo musical fue frustrante ver como continuamente los estudiantes de música
iban y venían de instrumento en instrumento, cuestión que frustraba literalmente las proyecciones que el equipo responsable
tenía acerca de las metas propuestas, y eso es literalmente perjudicial tanto para la administración del centro educativo,
quien espera ver resultados en las fechas que se propusieron en el consejo académico, y frustrante para la facultad de música,
quienes después de hacer los debidos cálculos ven que lo hasta ahora logrado se puede echar a perder por una mala decisión.
Entender esa dinámica que está aparentemente fuera de nuestro control es algo que toma tiempo, paciencia y conocimiento
de las diferentes etapas de la selección del instrumento musical que acompañará al estudiante durante su proceso musical dentro
de la Futura Orquesta.
Hoy cuando miro hacia atrás considero que el camino recorrido no fue en vano, pues aunque me tomó tiempo entender
dichos procesos, es satisfactorio ver que para muchos profesionales de la docencia musical de diferentes partes del mundo,
tales experiencias, son enriquecedoras para que cada uno trace su derrotero y el camino a seguir.
Quiero poner a consideración dicha documentación no sin antes hacer la salvedad de que no se trata de plantear
una verdad absoluta é irrefutable, pues en los discursos sobre el comportamiento jamás se dirá la última palabra: simplemente
pongo en sus manos el discurso de mi vida profesional consolidado como argumento pedagógico científicamente soportado y contextualizado
al momento histórico que vivimos. Si la historia decide que dicha metodología será vigente por varias generaciones más, será
interesante conocer y saber porqué?... pero si mi discurso genera controversia sana y cuestionamiento científico-pedagógico
sobre lo que hasta la fecha de hoy he publicado acerca del El Método Audiobec©, entonces estaré satisfecho, pues históricamente
está claro que solo las generaciones que se cuestionan continuamente y re-construyen y reinventan son las que sobreviven,
pues son capaces de encontrar respuestas más allá de los paradigmas creados por sus antecesores.
El proceso de selección del instrumento musical lo vamos a contextualizar en dos etapas educativas diferentes:
primaria y Bachillerato. La división se hace estrictamente porque la decisión de un niño de primaria para escoger un instrumento
musical, estará influenciada por la inquietud de los padres, la sugerencia del profesor, la expectativa personal y la recomendación
de sus amigos. En que porcentaje?. Es bastante variable y depende del carácter del estudiante luego los valores aquí son irrelevantes.
Pero definitivamente no es el caso del estudiante de bachillerato quien posee un orden distinto de prioridades, a quien en
poco o en nada incide las expectativas de sus padres (esto por el momento biológico que vive) y en quien incide fuertemente
su personalidad, su carácter, sus expectativas y las de sus amigos en muchos casos.
1.
Primaria
a.
Lo primero que hay que hacer concatenar
el proceso musical que se llevará a cabo para finalmente obtener como resultado una orquesta filarmónica, con el proceso educativo
que se lleva continuamente y al interior de las aulas de clase en dicho centro educativo. Esto nos asegurará que el niño entiende
que el proyecto orquestal no es una rueda suelta de la institución, donde su voluntad es la única que cuenta, sino una parte
igualmente importante que todas las áreas físicas y académicas que funcionan en el ente educativo.
b.
Ofrezca la posibilidad de que el niño
conozca todos los instrumentos disponibles y susceptibles de ser elegidos (esto es, no se muestre un instrumento musical si
está fuera de uso, no es de propiedad del colegio o institución y por tanto no se tiene acceso a él etc..).
c.
Ofrezca la posibilidad de que el niño
conozca las posibilidades musicales de todos los instrumentos haciendo que el instructor de los mismos haga una demostración
en pequeño espacio de tiempo. Muchas de las instituciones no tienen los recursos económicos suficientes para invertir en instrumentos
musicales y su inversión se limita a una instrumentación orff. Mentalícese sobre lo que tiene, lo que puede ofrecer; los instrumentos
musicales, no pueden ser limitantes para lograr un proyecto musical, su límite debe ser su imaginación: (en la costa atlántica
colombiana existe un programa musical para la juventud de sectores marginales y poseen una orquesta de percusión autóctona
en la que se explotan posibilidades musicales que seguramente otros docentes no quisieron imaginar). Si usted como docente
raya con la mediocridad no significa que la institución lo sea o la comunidad no tenga mejores expectativas.
d.
Permita que algunos estudiantes experimenten
con los instrumentos musicales y para ello es fundamental que los instructores estén presentes, pues allí se afianzará la
autoridad y respeto que puedan tener durante el proceso musical que se proyecta.
e.
Permita que los estudiantes tengan
un tiempo prudencial, para decidirse por algún instrumento musical. El Método Audiobec© define este tiempo como la oportunidad,
de preguntar, de consultar a sus padres, de compartir con sus amigos y escucharlos. No se preocupe por el tiempo que haya
destinado para ello, pues debe ser parte fundamental del proceso en su primera etapa, luego no es tiempo perdido sino una
valiosa inversión que le ahorrará problemas más adelante. En el proyecto de Barranquilla Colombia fueron 2 semanas, en Bogotá
Colombia solo fue una debido a las pocas posibilidades instrumentales que teníamos. Usted decidirá que tiempo será el empleado
para que se cumpla esta etapa, pero sea amable y flexible con su proyecto musical pues como usted lo estructure desde el principio,
así será el tipo de resultados que obtenga.
f.
Jamás ponga en burla a un niño por
su discapacidad física o por su falta de resultados, sea en esta etapa o más adelante: piense que lo que usted haga con ese
niño(a) frente a sus amigos y compañeros le marcará la vida para siempre y podrá perder la disposición de un talento musical
hasta ahora desconocido.
g.
Nunca le quite la oportunidad a un
niño discapacitado para que pueda acceder a un instrumento musical. No es un secreto que incluir un niño con limitaciones
auditivas dentro de un proyecto orquestal es todo un desafío pedagógico y personal toda vez que pone a prueba la metodología,
la paciencia, el trabajo en equipo y tantos otros valores, cuyas ganancias superarán
con creces las ofrecidas cuando no se aceptan dichos retos pedagógicos.
En mi vida profesional tuve la oportunidad de conocer a un joven con una seria deficiencia auditiva, cuya expectativa
era ser el baterista de la Orquesta tropical de la institución
para la cual trabajaba. No le negué la oportunidad pero inmediatamente busqué la asesoría de psicólogas y piscopedagogas que
me orientaran para enfrentar el reto: después de compartir impresiones, encontramos una serie de estrategias que posibilitaron
la fluidez en la comunicación y el joven pudo hacer parte del proyecto durante más de 3 años.
En otros casos es posible que las metas musicales nunca se alcancen pero no olvidemos que tratamos con niños
o jóvenes quienes nos piden “silenciosamente a gritos una oportunidad”; en estos casos, que aprenda o no a tocar
un instrumento musical, que lo haga bien o no, pierde relevancia, frente al hecho de que se ha posibilitado a un ser humano
para que haga realidad una de tantas expectativas personales. Es en estos casos se hace prioritario que, los docentes implicados,
el padre de familia y las directivas de la institución sean concientes de las metas susceptibles de ser alcanzadas por el
estudiante y que el estudiante sea conciente de sus limitaciones para no generar falsas expectativas:
Lo anterior es pedagógicamente correcto si se hace en una reunión aparte, junto con los padres de familia y
según consenso con la psicóloga. Sucedió en otro proyecto musical liderado en Barranquilla, Colombia, donde conocí a una niña
de aproximadamente 6 o 7 años, quien tenía una discapacidad psicomotriz que no le permitía cumplir su sueño: ser violinista
de la Orquesta filarmónica infantil. Con la valiosa cooperación
de su padre, médico cirujano, y la orientación de la psicóloga de la institución. El
trabajo con los niños y jóvenes es una fuente de sabiduría de la vida, pero tener este tipo de desafíos pedagógicos,
es la cima del conocimiento. EL que es capaz de conducir correctamente una situación como las descritas anteriormente, es
capaz de enfrentar cualquier reto en pedagogía.
h.
Permita que los niños se identifiquen
con el instrumento musical y que manifiesten sus incomodidades: será de gran utilidad para orientarlo a una decisión más definitiva.
Por ejemplo es muy común escucharlos hablar de la incomodidad que sienten al intentar interpretar una trompeta cuando tienen
brakets, o existe un prognatismo severo, o la disposición dental no es correcta. Si no hay una guía correcta, el niño hará
más fuerza de la necesaria y se lastimará los labios. Contemple siempre el orden de prioridades: primero la salud del niño…
o a lo mejor el ortodoncista tiene algo valioso que aportar y permita hacer una mejor elección. También es común escuchar
que los niños sienten mareo cuando soplan a través de los instrumentos de viento; en un principio es normal que suceda, pero
si la situación se hace cotidiana a mediano plazo, sería conveniente consultar con los padres de familia para que ellos le
lleven su inquietud al pediatra.
i.
En cualquier caso El Método Audiobec©,
determina que el proceso musical por insignificante que parezca, debe ser acompañado siempre por el departamento de psicología,
psicorientación y la dirección de curso para consultar, preguntar, diseñar estrategias. Posiblemente no sea del agrado de
estas dependencias, pero es la información que ellos manejan se hace fundamental para reorientar los procesos cuando estos
lo ameriten.
El Método Audiobec© no dispone que el proyecto musical marche como rueda suelta porque no se concibe así, por
lo tanto debe estar engranado debidamente con todas las áreas que tiene la institución para que su producto final, sea coherente,
pertinente, claro y preciso con respecto al Proyecto Educativo Institucional de cada colegio (P.E.I.).
j.
El Método Audiobec©, define al instrumento
musical no como una herramienta para interpretar música, sino como una clara proyección de su cuerpo físico, afectivo y mental,
parte intima de su personalidad, capaz de expresar lo que el niño o joven desee con él: desde ésta óptica la elección del
instrumento musical deja de ser la etapa simple del proyecto orquestal y de poca relevancia, sino que pasa a ser uno de los
medios de expresión y comunicación que tendrá a disposición el estudiante y que lo acompañará en buena parte de su vida, este
momento será capaz de garantizar en buena parte el éxito o el fracaso de una formación musical.
k.
En definitiva, permita que el niño
o joven entienda que la decisión solo le pertenece a él, que sus alcances dependerán de su constancia en el proceso y de la
conciencia de sus limitaciones y que por encima de todo durante la permanencia en su instrucción musical debe asegurarse así
mismo que lo está disfrutando, para que realmente dicho proceso musical cumpla con el objetivo para el cual se creó.
2.
En Bachillerato
La selección de un instrumento musical en estas edades comprometen variables de diversa procedencia: puede parecer
irreal pero en suficientes casos lo que este de moda marca la pauta, los padres de familia pierden esa incidencia directa
en las decisiones del adolescente, el profesor en muchos casos en cambio de ser una orientación sana, pareciera que fuese
su enemigo (a ojo del alumno), por lo que llevar la contraria será casi una constante.
También los casos en que el estudiante escucha la orientación del docente es parte de la decisión, la comodidad
para sostener mientras se interpreta el instrumento: sin embargo las sugerencias de los administrativos o directivos del centro
educativo son vistas como dañinas, arcaicas, obsoletas, pasadas de moda, dignas de ser cuestionadas y de oposición; no es
raro pues en estas edades, los cuestionamientos y la rebeldía al sistema, producto de las transformaciones y cambios físicos
del estudiante son parte de la rutina diaria.
Todo es válido a ojo del alumno de bachillerato, siempre y cuando no atente contra la apariencia física del
mismo. En un proyecto musical en Barranquilla, la primera etapa del Método Audiobec© marchaba bien hasta que se tocó el tema
del uniforme para la orquesta: por nada del mundo aceptarían ponerse un uniforme cuyas especificaciones correspondían al siglo
XVIII (evocando la época de los clásicos), idea que fue dada por rector y dueño de la institución educativa… en adelante
todas las ideas de posibles uniformes eran, mal vistas, obsoletas, para “cuchos” (adultos de la tercera edad),
fue difícil negociar este aspecto, y es precisamente en ésta etapa en la que El Método Audiobec© hace énfasis que son decisiones
compartidas en igualdad de condiciones para los que serán sujetos activos durante todo el proceso musical (directivos, alumnos,
padres de familia).
Pero que relación tiene este comentario con el tema que nos ocupa?. Todo: acaso no ha observado que los instrumentos musicales de proporciones grandes tienen poca aceptación entre los estudiantes
de bachillerato? Si bien es cierto que instrumentos como el Sausófono, la tuba, el bombo, el saxofón barítono, en la mayoría
de la población estudiantil son desconocidos, también es cierto que las posibilidades musicales de estos no son tan ricas
como las que ofrece una flauta traversa, una trompeta, un piano, una guitarra eléctrica. Otro razón es el hecho de que los
medios de comunicación a la fecha de hoy no han podido lograr una noticia con un grupo de rock conformado por solo tubas,
bombos, saxos barítonos, etc…
Sus proporciones con respecto a las de un joven de bachillerato son gigantescas, exageradas, estrambóticas.
Explicar las razones de sus dimensiones requiere tiempo y ese tiempo debe ser indiscutiblemente contemplado en la etapa de
implementación, para asegurar un buen balance instrumental, un buen color musical de lo que se interpreta y por lo tanto un
mayor parecido a las orquestas convencionales.
EL proceso audiobequiano de selección del instrumento musical es muy parecido al anterior, solo que las variables
cambian y el nivel también: a un niño de primaria con unos cuantos sonidos en cada instrumento musical posiblemente lo logremos
convencer, pero uno de bachillerato se torna más exigente y aunque no tenga idea sobre la música, captará fácilmente su nerviosismo
para hacer la demostración, su inseguridad frente a lo que domina, será motivo de burla y por defecto perderá credibilidad
y autoridad que finalmente lo llevará a un estruendoso fracaso. Sea sincero, acepte lo que domina pero también acepte lo que
no conoce; déle la oportunidad al joven de conocer que en la vida hay personas cuyo desempeño en muchas áreas están por debajo
de uno, pero también las hay por encima de uno… es una gran lección para el grupo que valorará su sinceridad, le dará
más credibilidad y por la tanto su autoridad será reconocida en toda la comunidad estudiantil: los jóvenes valoran mucho la
sinceridad, la honestidad, valores necesarios para contrarrestar la inseguridad que los agobia en esas edades.
Un método no puede ser moral é inmoral al mismo tiempo, si tiene dudas… empiece por identificar su escatología
profesional, nada es más ofensivo que la prepotencia.
Tenga en cuenta que en estas edades la producción de los jóvenes es mayor que los chicos de primaria, esto debido
a que su psicomotricidad se encuentra en una etapa de mayor desarrollo, lo que les permite lograr más y mejores cosas. En
contraposición a lo anterior su permanencia en proyectos orquestales es corta,
debido a que asumen mayores responsabilidades académicas y el orden de sus prioridades personales ha cambiado bastante.
Cómo lograr el balance perfecto?. No puedo garantizar el éxito rotundo, pero compartiré mi experiencia al respecto.
Cuando empecé el proyecto, pude identificar que la gran cantidad de trabajos extraclase que les dejaban a los muchachos en
muchos casos no permitía que tuviesen un par de horas de descanso. Intentar convencer a los demás profesores y a los directivos
de la institución para que redujeran el número de trabajos era una pelea perdida, pues el P.E.I. por obvias razones no es
negociable (si no está muy seguro, léase la visión y misión del claustro educativo é identifique el objeto social de su existencia).
Entonces negocié los compromisos y responsabilidades que el joven adquiría al hacer parte del proyecto orquestal, siendo flexible
en horarios de ensayo y de instrucción, permitiéndole que cumpliera en primer lugar con sus responsabilidades académicas y
después con sus expectativas musicales. En muchos casos solo venían a los 4 últimos ensayos, llevaban el instrumento a sus
hogares (previo compromiso escrito con los padres de familia y alumnos y la debida autorización de los directivos). Esto permitía
que manejaran su tiempo como ellos lo quisieran, generando un compromiso estable, y un sentido de responsabilidad más sólido.
Pero también tenían claro las reglas de juego: si ellos no tenían la obra musical estudiada para cuando llegara el momento
de ensamblar la orquesta, simplemente no harían parte ni de ella ni del concierto. Tan simple como eso.
El docente no puede olvidar que es él quien está formando, con su discurso y con el currículo oculto, y la coherencia
de estos dos es la base del éxito en la enseñanza.
Finalmente quisiera participar con los colegas la experiencia frente a los retos pedagógicos que en mi corta
trayectoria quise asumir: En primer lugar intentar involucrar a los jóvenes de media vocacional (9º.,10.o, 11º.) de entrada
es una batalla perdida: sus compromisos académicos son tantos (lógicos y necesarios), que todo lo que se siembre en estos
muchachos en poco o en nada nos ayudará en el proyecto orquestal. Si bien es cierto que el tiempo empleado en el montaje musical
de una obra con jóvenes de bachillerato es considerablemente más corto que el empleado con los niños de primaria, su permanencia
en el proyecto es efímera.
EN segundo lugar, comprometerlos a las distintas sesiones de ensayo es una labor titánica, producto de sus numerosos
compromisos académicos y sociales. Los jóvenes pueden asumir mayores responsabilidades
musicales dentro de la orquesta, pues su desarrollo psicomotriz les permite interpretar pasajes musicales de mayor complejidad
pero eso también hará que la orquesta o el concierto empiece a depender de ellos, de su cumplimiento a ensayos, a los conciertos,
tarea por demás difícil y complicada. Y en tercer lugar el orden de prioridades de los jóvenes es sustancialmente innegociable,
y lo que haya logrado en un tiempo determinado puede ser fácilmente cambiado por un compromiso social, un viaje, una excursión,
un quinceañero, celebración de cumpleaños etc… lo que dejará un cierto sabor de irresponsabilidad. No está en ellos
entender estas cosas, sino en los docentes poder explicar este tipo de actitudes: no significa que lo dicho anteriormente
no sea un acto de irresponsabilidad, pero con o sin explicación es probable que el concierto no se pueda hacer o el ensayo
sea inútil pues al asignarles mayor responsabilidad dentro de la orquesta la dependencia de la misma es mayor y el concierto
terminará por comprometerse a la asistencia de los jóvenes de mayor edad.
Definitivamente empiece su proyecto con los chicos de primaria (3º. A 5º. Primaria); puede incluir de otros
niveles pero ellos, son más entusiastas, pueden comprometerse mejor, su trabajo orquestal tomará más tiempo pero dará mayores
satisfacciones, más reconocimientos, y su permanencia en este tipo de proyectos musicales es más estable: en otras palabras
déles la primera oportunidad a estos chicos y después a los mayores que de acuerdo a su nivel de compromiso y responsabilidad
por iniciativa propia se acercarán a preguntar por el proyecto.
Esp. José Antonio Becerra Abril
Audiobec Learning Center.
alcinvestigaciones@hotmail.com