Método Audiobec ©: Seleccionando un método de enseñanza musical
Tal vez sea esta la primera pregunta que debería hacerse al abordar un proyecto musical. Para ello debe tener
en cuenta las expectativas de la administración, de los padres, de los alumnos quienes finalmente posibilitarán el hacer realidad
dicho proyecto o no.
De acuerdo a la experiencia adquirida durante estos años, la diversidad de métodos musicales es tal que decidirse
por uno, enfrenta a los docentes de música a dicotomías sin sentido, algunas
cuya selección se hace con base en lo difícil que sea la pronunciación del nombre del mismo más que las metas que persigue
el mismo.
Partimos del hecho que un método es el conjunto de técnicas y estrategias empleados para lograr un objetivo,
definiendo el camino a seguir al que llamamos procedimiento o protocolo. Se ha preguntado si el método que emplea para la
enseñanza de la música realmente lo está acercando a la meta propuesta?.
Muchos docentes aseguran estar siguiendo un método musical cuando su procedimiento se limita al montaje musical
que el método propone. A un método no lo define el repertorio que propone sino el procedimiento que sustenta. Por interpretar
4 o 5 obras o tal vez todas las obras musicales del libro No.1 del método musical Suzuky para violín no significa que esté
aplicando el método mencionado en las clases de música. Nada más lejos de la realidad que esto…
No se engañe y no faltemos al respeto al autor de la ayuda didáctica aquí mencionada: es posible que lo planteado
en este documento genere controversia, pero si le cuesta creerlo, pregúntese si usted realiza las clases de violín tal y como
las describe su autor, en donde involucra al padre de familia durante la misma, en donde se repasan una a una todas las obras
musicales que hasta la fecha han sido estudiadas?... por nombrar solo algunas; eso es realmente seguir el método Suzuky, si
no es así se está engañando y engañando al alumno y a los padres de familia
Usted cree estar aplicando el método audiobec©, pero si hizo un estudio de factibilidad, y con base en el procesamiento
de los datos obtenidos no elaboró una propuesta pedagógica coherente y pertinente a la institución en la que pretende hacerlo,
entonces usted no está aplicando el método audiobec©… no se engañe. Si usted dice que aplica el método Orff y no utiliza
su instrumentación, ni sus propuestas pedagógicas para abordar el lenguaje musical entonces no están aplicando el método Orff.
Para iniciar este discurso podríamos decir que un método musical está hecho para que responda a las necesidades
de la generación que lo necesita, es así como el kodaly, el Orff, El cromático etc… cada uno se contextualiza históricamente,
socialmente, pedagógicamente a las necesidades que plantea cada generación.
Para nadie es un secreto que el método Suzuky fue la respuesta para la generación que pedía la oportunidad de
aprender rápidamente, fácil y con niveles estandarizados universalmente en la interpretación del violín en la post-guerra;
después el equipo de investigación quiso extenderlo hacia otros instrumentos musicales. El método se ha adaptado tan bien
a otras generaciones que aún es vigente.
Si el método musical elegido no es satisfactorio para un grupo de profesionales no significa que sea malo, sin
embargo tampoco significa que sea el mejor. El método musical elegido debe responder a su:
1.
Contexto institucional: una de las
exigencias de los claustros educativos en materia de proyectos musicales, es que no sean costosos, ni eternos para alcanzar
sus logros, suficientemente motivantes, y que respondan exitosamente a un liderazgo local, regional o nacional.
2.
Contexto estudiantil: las comunidades
estudiantiles son susceptibles a la moda, a los cantantes de turno, al interés colectivo (a los niños les gustaría más aprender
a tocar guitarra como Juanes, que la Tuba y aquí no hay un ícono social y artístico que imitar.). Según la región
colombiana, los intereses varían, por un grupo vallenato (Valledupar, Montería,) una
orquesta tropical (Cali, Barranquilla), una tuna, una estudiantina (Bucaramanga, Tunja), pero que piensan los estudiantes
de la generación actual, al respecto?... estarían dispuestos a apoyar tal proyecto?;
porque no podemos olvidar que son ellos los que le darán vida a lo que nos proponemos y sin ellos, no tiene sentido escoger
método o hacer proyecciones.
Después de investigar cuales son los intereses de la comunidad estudiantil, existe algún método musical que
lo lleve o por lo menos lo acerque a tal expectativa?.-.. los hay… claro que los hay!.
Literalmente no estoy de acuerdo en que se siga un contenido programático ya hecho, construya el suyo de acuerdo
a las necesidades de la institución en la que piensa realizar el proyecto orquestal. Otra cosa es que hay una serie de conceptos
básicos y universalmente estandarizados para que un estudiante en una edad (X) domine y conceptualice. La IBO (Organización de Bachillerato Internacional, el SACS (asociación de colegios bilingües
del sur), de quienes hice parte, trabajan estos estándares y permiten que ese estudiante en determinado caso pueda cambiar
de colegio y se inserte al ritmo académico que lleva su segundo colegio, pues sus conceptos están estandarizados universalmente.
3.
Eficiencia: el método debe responder
al concepto de la eficiencia: y no se confunda esto con la eficacia que es diferente. En mi primer discurso sobre el método
audiobec©, el tema se trató sin embargo lo haré una vez utilizando un punto de vista diametralmente distinto.
Para empezar, diré que personalmente la pedagogía desde el área comercial, es la forma correcta de hacer la
venta de una idea (s) certera y contundentemente, sin contemplar devoluciones o indemnizaciones por entrega en mal estado.
No es un chiste es una realidad: el docente es un vendedor de ideas, y su venta es exitosa siempre y cuando el alumno haya
podido capitalizar el concepto, definirlo y enmarcarlo en un ejemplo cada vez
que se requiera.
Ahora si queremos ser coherentes con las tendencias pedagógicas de hoy, donde las competencias (el saber ser,
saber hacer y saber saber) son las directrices de la enseñanza en la primera década del siglo XXI, debemos decir que la venta
de la idea ha sido satisfactoria en la medida en que ese estudiante sea capaz de aplicar la idea en la vida diaria, encontrándole
funcionalidad, utilidad, es cuando definimos que el alumno se apropió del “saber hacer” (filosofía SENA 2009).
continúa